martes, 24 de febrero de 2009

DISTANCIAS


Mis tardes secas,
pendulares.

Tan sólo escuchar
el silencio de aquello que me
trae.


La distancia no es otra cosa
que un murmullo
en el centro de nuestras cabezas.

Se sosiegan los gritos
de los hombres en las calles
en la crema
que viaja
por la cara y el cuello
.
La piel
en julio
se torna más callada

que de costumbre.

Excusarse
con las horas
que no alcanzan

con excesos de vino
con dolores de cabeza.
Esas son las formas que toma la verdad
a veces.

La tosquedad
que anulan las frazadas,
la sal, las fotos, las cremas,
y los lenguajes que no supimos tener
cuando nos abrazábamos.

A veces siento que todo lo que soy
es producto tuyo.
Un imperio de ollas sucias a punto de derribarse.
Un cuchillo enterrado en la tierra.


Eso, y también una plaza seca.

Y yo en el medio.

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