martes, 11 de agosto de 2009

CAMINOS

Ella se vuelve a preguntar qué vestirá cuando se levante. Mañana será un día más de trabajo y cree que no va a volver temprano a su casa. Sigue tipeando y se distrae de a ratos con la tele y los juegos contra el tiempo. Hoy volvió a cruzar a esa mujer que camina con sandalias en invierno y al hombre de las flores. Las vidrieras de cada día y la estática de algunas prendas que pasan de moda. Curiosea siempre los papeles del piso imaginando que se va a encontrar con algo de valor o una carta romántica. Hay algo en ese paseo cotidiano que a veces la inquieta, como si los rostros siempre tuviesen el mismo semblante, y ella fuera la única sonriente. Y a veces nota que no hay brillo en las azoteas, y las platas crecen secándose.
Aún se filtra el viento por las ranuras de la ventana mal cerrada, y se pone otro abrigo. Prende dos ornallas, y en el fuego azul descubre un calidez desoncertante. Mañana será otro día, ya lo sabe. Duerme ansiosa de saber cuál será su próximo camino.

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