No me gustó recordar este dibujito que de niña me entretenía tanto en esas tardes llenas de garrapiñada/chocolatada/sandías. Es muy cruel terminar de pronto con una eterna persecusión, lo no alcanzado, aquella utopía que nos permite seguir viviendo... Y la violencia del final! Bueno, no sé, mírenlo y opinen. Al final el inalcanzable y arrogante Correcaminos que de chica me divertía, y ahora ya me provocaba bronca, me termina dando lástima!! El fin justifica los medios? Pobre Coyote, moría de hambre!!!
Sieeeeeempre me indignó el Correcaminos, pero no sé por qué me gustaba Piolín (Tweety); me divertía mucho que lo maltratara a Silvestre...
ResponderEliminarA pesar de la repetición que tenían estos dibujitos que eran "los hechos por los hechos" nomás, sin una continuidad ni nada por el estilo, fue ingeniosa la salida que tuvieron para darle esa pequeña (y creo que nunca mejor usado) satisfacción al Coyote de atrapar a su némesis :P
Un beso, Any, hablamos
Pobre correcaminos! No sé por qué, pero me pa que ese final es trucho,fijate los dibujos,nunca lo vi.
ResponderEliminarbeso any
TIN!
Es cierto lo que dice Agustín. La animación está sacada de un episodio clásico y preparada desde el momento en que el Correcaminos cae al chocar con la montaña. La banda de sonido de Carmina Burana en el momento en que el Coyote explota al Correcaminos nada tiene que ver con el estilo de la Warner. Por lo demás, ¿qué gracia tiene que el Correcaminos caiga en una trampa si la gracia del dibujo animado consiste precisamente en que las trampas del Coyote siempre fallan? La caída del velocíbulus incredíbulus debería haberse dado de otro modo... ¡Se viene Elmer Fudd caza a Bugs Bunny y Daffy Duck! El episodio se llama "Buonejo a la cacerola y pato a la naranja!
ResponderEliminar¡Th-th-th-th-th-th-that´s all folks!
waaa pobre correcaminos
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