martes, 24 de junio de 2014

No moriré hoy.

No moriré hoy. Hay dos maneras de saberme viva. 

Una es aceptar que no habrá dos toallas colgadas en el baño. Las marcas en la almohada serán mías. El sabor de los platos. Las mañas. Ganaré tiempo encontrando los libros. La sal. Las biromes. Llenaré los espacios de la casa con todos los cacharros de la vida. Me despertaré sin reloj. Me dormiré sin saludar. Quizás me compre un pasaje. Aprenda a irme o a volver.
La otra es asumir que no sabré más detalles de los que me contaste esa tarde. Qué remera estás estrenando. Quién te acaricia el pelo.

Es interesante cómo la memoria desglosa las cosas a su medida. Conservamos los tonos de voz y no la risa. Los olores pero no los silencios.

El recuerdo por omisión promete que las cosas dolerán menos, aunque sea una mentira piadosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores